La punta del lápiz
fue destronada un domingo.
Un domingo lluvioso
negro y gris.
De lentejuelas que creímos
diamantes para escapar
de todo,
comprando una isla desierta
y el amor de un perro.
De hacerte el amor si te
hubieses dejado
venir, en vez de ir a donde
fuiste porque la punta del
lápiz
fue destronada un domingo.
Y el sacapuntas
al día siguiente
no obró milagros.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario