Doscientos veintidós
pero antes los ciempiés
te recuerdan
un curso de orientación
y estructuración
de la manipulación.
Los diarios del hall
instruyen las pautas
organizan los ciempiés
no les discutas que te tapan la boca.
Sientes la coyuntura
huele a cobayas y la estupidez
en pequeñas grandes
dosis
es letal. Si se le permite.
- Tan solo quería ir
a la doscientos veintidós.
Besarte la espalda desnuda
mientras fumas de pie,
saltar por la ventana
mostrar en la caída
y en el aplastamiento
la disconformidad
con los ciempiés.
Resucitar, volver
a la doscientos veintidós
dibujarte de nuevo la espalda
y mudarme al abismo a través
de la ventana, otra vez
más (y las que sean necesarias)
hasta que en los diarios del hall
dejen de hablar de los ciempiés.
Saludos y gracias
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