Cuando era joven y tenía edad
de hacer aviones de papel (como si hubiese alguna edad en la que quedase
prohibido) estos los transformaba el diablo en aviones metálicos que surcaban el
cielo, lo encapotaban y hacían un ruido que provenía del mismo infierno, cuando
cagaban dejaban la ciudad en ruinas, llena de tristezas, de llantos, fosas
comunes y flores que acababan marchitándose, aquello ocurría un poco antes de
mitad del siglo pasado. Lo cuenta sentado detrás de unas verjas que cercan la
cara oculta de la luna. Cuando uno por viejo piensa que ya le ha llegado el
tiempo de encontrar la paz, resulta que los hijoputa te agarran y te encierran
aquí por siempre.
Ahora entiendo porque cuando
te levantas temprano por las mañanas y te preparas el café antes de ir a
trabajar, o cuando te acuestas temprano porque al día siguiente tienes que ir
al trabajo (siempre llueve sobre mojado) me dices que quieres creer que hay dos
lunas, que deben de haber dos lunas.
Saludos y gracias
Pues sí
ResponderEliminarBesos.