Que ganas de decirte que te
quiero, de cerrar las ventanas, las puertas, de lo que nos mete en el corral a
cacarear liturgias como si fuésemos eufemismos de nosotros mismos, y salir de
allí. Incluso como rebeldía dejar los platos sucios por lavar, la cuerda con la
que en teoría iba a bajarte la luna, dejarla agarrada al ventilador del techo
por si algún sujeto gilipollas al pasar por ahí se quiere ahorcar.
Que ganas de volverme a
columpiarme en vos, hermosa imagen nosotros desnudos y la muerte paseando por
encima de los que obligaron a construir barcos porque anunciaban que hay que
zarpar hacía al agujero, debido a que el llevar sandalias en verano, escuchar
pianos en los bares y buscar su aritmética en los vasos medios llenos lo habían
prohibido.
Que ganas de leer un libro al
derecho o al revés y volver a encontrarte, fumar tu sexo sin que tiren un gas
que nos cohíba, ni se produzca la prehistoria de los códigos que inciten a
asentarnos de nuevo en la escasez como prodigio de las tesis económicas. Que
aleteemos, que el caos es hermoso si lo sienten por el orto.
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario