Es de noche y solo escucha el
sonido del bosque, una extraña sensación le sacude el cuerpo, tumbado,
observando al cielo estrellado, un lobo blanco se le acerca y encuentra en sus
ojos la misma mirada que le dedicó ella cuando se despidió con un abrazo y un
quizás nos veamos en otra planeta, recuerda que se dijo necesito creer. Una
intensa luz, como cuando estás dormido y se enciende una lamparita y tus ojos
todavía no están preparados para despertarse, parte el bosque en dos y lo
succiona todo. Encima de la que era su mesita de noche deja su última huella,
un reloj que en paralelo a ese momento se queda parado y dejan de moverse sus
manecillas.
Saludos y gracias
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