Yo tu cigarro, si tú sus
labios. Esa indecisión que me la resuelva la primera vez que te vea. Ese
empezar de nuevo esta vez sin libro de instrucciones, y llegar a esa profunda
conclusión de cuando si sabes lo que quieres, si realmente te lo crees puedes sentirte
invencible. Siento frío si no me cuelo entre tus caderas. Solo es cuestión de
querer estar ahí, lo más cerca posible. En mitad de donde nos lleven los trenes
de nuestro desvelo, tal vez primero ir a tomar algo a algún rincón perdido de
la ciudad, el que sea, dejarnos envolver por una música suave, y si las miradas
cuando se encuentren no tienen la necesidad de apartarse, decirte: Yo tu
cigarro, si tú sus labios.
Saludos y gracias
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