Solo coges por las mañanas los
autobuses que tienen una marca de nacimiento, el primer café te auto engaña
para decirte que ya estás en forma para teclear informes, números, respuestas
de mails formales, cuando un hipopótamo torpe y perezoso un día se levante y dé
unos pasos de más lo derrumbará todo como si fuesen fichas de dómino, entonces
todo comenzará a ser diferente.
Ya no te importará el ruido de
las fotocopiadoras, de los faxes, de las vidas que te mataban y se
transformaban en adioses y salas de espera, la lentitud de la ausencia dejará
de escarbar en la herida abierta.
No temblarás cuando caiga como
granizo "hoy no puedo quedar pero te prometo que te llamaré" "me
gustaría que nos encontrásemos pero no es un buen momento todavía"
"Un gigante verde me ha robado los guisantes tengo que colgarte que hay
mala cobertura".
Cuando los círculos de
búsquedas desesperadas y la ansiedad por dar con el vuelo de unas gaviotas con
su respectivo mensaje se rompan y se hundan en la profundidad del asfalto,
entonces en las siguientes mañanas te despertarás teniendo sexo de abejas y el
hermoso olor de saber que ya no tendrás que esperar nunca más.
Saludos y gracias
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