Hay quien se levanta y lo
primero que ve es Central Park a través de una ventana de hotel y en cambio
otros cuando se levantan ven a través de otra ventana niños, mujeres, hombres
muertos y miles de personas sin hogar, sin electricidad, en la llamada tierra
santa porque las bombas volvieron a caer.
Hay un caballo en mi sueño que
me busca. Relincha y me dice que me puede salvar de tanto golpe de realidad si
le sigo al país de los unicornios, esos que me pasé toda una infancia buscando
como enigmas que quiero descubrir recorriendo tus pechos y tus caderas.
No sé si lo has visto o te lo
he comentado, ahora que fumo tabaco de liar, mientras enrollo los cigarrillos
pienso que lo malo no solo sería lo que le sucede al mundo cuando las calles huelen
a carne quemada y mientras hay gente que se levanta viendo a través de alguna
ventana el Central Park por otro lado la comunidad internacional no hace nada
por apagar los fuegos que prenden los horrores que han financiado, si no
también si esta vez en esta nueva oportunidad que ha amanecido junto a nosotros
fallamos en tirar abajo los muros para crear un único continuo entre tu espacio
y mi tiempo, no te extrañe que la elección que tome sea la de acabar subiéndome
encima de ese caballo onírico y cabalgar, no dejar de cabalgar.
Saludos y gracias
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