ILUSORIO



Todo nos indica que es hermoso, perfecto, lo que vemos, lo que observamos desde una vista de pájaro, la construcción de las casas, las antenas digitales, las piscinas, las casetas para perros, el carril para las bicis que rodean las urbanizaciones, el centro comercial con sus tiendas, con su bolera, con sus restaurantes, con sus billares y futbolines. El verde de los árboles que cubren parte de las aceras, todos de la misma clase, de la misma corteza, el color de las fachadas difieren a primera vista pero luego resolvemos el enigma dándonos cuenta que se trata de un juego de colores, los primarios más el resultado proveniente de la mezcla entre el amarillo y el azul.

Todo nos indica que es hermoso, perfecto, el cielo azul, el orden perfecto de las cosas, como si estuviésemos dentro de una partida de los Sims. Pero hay algo que nos rechina, hay algo que no queremos recordar, ver, aquella primera escena, sí, aquellos escasos y breves primeros dos minutos que nos señalaban que todo al final acabaría mal, fatal, y nosotros borramos al instante haciéndolo desaparecer del disco duro, como si se tratase de un virus que había entrado para infectar el sistema.

Pero es un silbido que corta la digestión, es un ruido ensordecedor que nos hace pitar los oídos, son llantos, el olor de carne muerta mezclada con sangre la que nos retira del aturdimiento, es otra vez Gaza, es otra vez Irak, es otra vez Vietnam, es otra vez Bosnia, es otra vez una crisis económica y entonces llegan rápido, nos ponen la venda en los ojos, nos encierran en una habitación blanca por unos días y cuando despertamos ya volvemos a tener ahí delante de nosotros desde una vista de pájaro y de animal terrestre todo aquello que nos indica que es hermoso, perfecto, las casitas de colores, el carril para las bicis, el centro comercial, las piscinas, la vida envuelta en un juego de los Sims y el gran ojo observando.

Saludos y gracias  

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