Rendirse es creer que no
volverás, que los miedos nos acabarán devorando y dejaremos de ser animales
salvajes, animales domesticados que necesitan un hogar para sentirse
protegidos, abrazarse para callar el dolor, el dolor de saberte tan lejos y no
poder alcanzarte para enseñarte mis mapas, mis acuarelas, mi felicidad en
guerra con mi tristeza, mi visión onírica que tengo de vos, la amargura de no
saber a qué hueles en este momento, cada recuerdo que me dejaste y guardo como
trozos para que no te desvanezcas, el
silencio matándose, yéndose, porque no nos rendimos y los dos esperamos a que
vuelvas.
Saludos y gracias
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