CUERPO SALVAJE SIN RUMBO



Son tan jodidas las despedidas, decir adiós es un camino tan difícil que nadie quiere cruzar en muchas ocasiones, y tan fácil estropearlas. Se fue, así se lo dijeron las farolas cuando hubo un apagón y la tormenta comenzó a trepar por la atmosfera y convertir un día claro y soleado en un terremoto de la oscuridad. Temblaban sus manos mientras sostenía el último cigarro que se había prometido fumar en honor a su memoria, se caló hasta los huesos. Fue testigo de la muerte de la imagen que había idealizado y solo le quedó encontrarse atrapado en un cuerpo salvaje sin rumbo, deambulando por calles sombrías, mientras el caos silencioso se sucedía a su alrededor, y su recuerdo le era una pena que arrastraría por un tiempo, mientras se preguntaba qué era lo que el destino esperaba de él.

Saludos y gracias

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