El tipo miró extrañado la
cadena que le agarraba fuerte del cuello y le estiraba cuando trataba de huir.
Quería encontrar una solución dentro de aquel garaje que le asfixiaba. Afuera
había un perro con pulgas esperándole para mostrarle que tipo de vida le había
dejado el abandono, un día que sus amos se cansaron de él y lo dejaron en la
cuneta de una carretera secundaria. Todavía no sabía cómo había acabado ahí.
Olor a humedad. Sus manos agrietadas porque la vida le había pasado factura más
rápido de lo que le había dado tiempo a negociar. Tiempos mejores en algún
lugar que nadie le había señalado todavía en el mapa que llevaba siempre
consigo en el bolsillo. Tan solo llegaba a recordar que lo último que le quiso
decir es que había escuchado una canción que describía perfectamente cómo se
sentía después de que ella se hubiese marchado.
Saludos y gracias
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