Nadie sabe nada. Carteles en
una azotea. Alguien sufre por amor y acompaña a dicha angustia con la siguiente
sentencia: Estoy pensando muy seriamente dejar este mundo de mierda. Un violín
de color granete se suicida dejándose caer al rio. Flores muertas donde se
instaló la pasión. El ermitaño ya acabó su metamorfosis transformándose en el
insecto que colgaba de su pared. Los niños racistas se suben a los tejados para
que los otros niños que repudian pasen por debajo. En la cocina cambian los
granos de pimienta por veneno que servirán en el plato principal de un banquete
nupcial una mañana de domingo soleado. El mismo cartel en una nueva azotea.
Nadie sabe nada.
Saludos y gracias
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