EL DÍA DE LA LANGOSTA II



Se come la langosta con los dientes, con la boca, con las manos, con la mirada, la atraparía incluso con sus pies y trataría de inclinarse de tal modo para ver si pudiese alcanzar a masticarla, si no fuera porque estaría mal visto en aquel lugar público, y en el otro, y en el siguiente, y en el aseo piensa que hay dos fornicando, que en otro aseo hay alguien con un disparo en la cabeza y sangre, mucha sangre, en otro aseo alguien sentado depositando excrementos mientras ojea las últimas novedades del twitter, en otro aseo lagrimas, en otro aseo llanto, en otro aseo alegría, en otro aseo cocaína y esnifar, en otro aseo nadie, en otro aseo el chorro de pis como ruido de fuente, en otro aseo semen, en otro aseo óvulos, en dichos aseos masturbación, y así indefinidamente de aseo en aseo hasta que se cierre un circulo y se vuelva a empezar la ronda.

Observar las parejas que tiene alrededor, los corazones que decoran el local, el vampiro de 845 años de edad aburrido, el niño pequeño con taparrabos y un arco y varias flechas y preguntándose porque tiene tan mala puntería, observa las parejas que tiene alrededor, las infidelidades que se huelen como se huele el humo que anuncia incendio de propiedad privada, el amor verdadero, aun queda algo de eso, si no que sería de los finales felices, aunque sean pocos los que escapen a la mutilación, las de estar por no estar solos, las de no tenemos más remido que estar porque la hipoteca y otros papeles nos atraparon, y el bombo y los pañales, el paquete entero vamos. Las de no piensan en el futuro y tan solo viven el presente, las de desde que empezaron ya conocían el final, como cuando a un producto le ponen la fecha de caducidad, las de te conocí hace solo una semana, la de adolescentes que se creen que aún es posible comerse el mundo, bendita sensación agradable la ingenuidad en este caso y en muchos otros, las de no aguanto a la suegra ni a la hija de la suegra, las de conveniencia, las de dan envidia, las de dan vergüenza ajena, las de la cuenta apaches, y todo apaches, las de hoy fumamos la pipa de la paz y mañana ya veremos, las de no me creo que esté con ella o con él dependiendo el punto de vista y las dioptrías de visión, las de estoy tan caliente que nos vemos en el baño antes de que traigan el siguiente plato, las de un viaje por cursilandia y su noria que gira y gira no deja de girar, las de montaña rusa, las de deshojar margaritas, las de porque lo dice el calendario, las de reconciliación, las de volver con el ex, las de te bajo la luna y lo que haga falta, las de etiqueta, las de ¿Qué día es hoy? Y después de tanto observar a él tan solo le entran ganas de comer más langosta.

Saludos y gracias   

No hay comentarios:

Publicar un comentario