QUERRÍA IR DE BLANCO



Sería de noche y después del banquete la primera canción que tocarían sería un famoso canon que podría llegar a resucitar a fantasmas y tentaciones ocultas en los ojos de ruiseñores que se encontrarían entre los trajes de las damas de honor y ciertos caballeros. Un muerto. Alguien hablaría de un muerto. Un asesinato y una fiesta para celebrar tal honor. Le quitarían la copa de encima y por supuesto que no le dejarían dar un discurso. Las invitaciones elegidas con sumo cuidado encubiertas en horas detrás de los diferentes tipos de letras que se pueden encontrar en un mosaico de tal tipo. Ese escaparate de tamaños y tipos diferentes en cursiva, en negrita, de diferentes tonalidades, más gruesa, menos gruesa, la distribución de las mesas, y el sueño de ella desde que fue niña, verse de blanco. Y si no fueras tan... me susurraría alguien al oído con un ¿Quién eres? Mientras un servidor pensaría que Don Quijote en algún lugar del mundo (por ejemplo en estos días en Gamonal) parece que finalmente ha conseguido vencer a gigantes, eso también se merecería una celebración por todo lo grande, pero bien sabe Sancho que hay cosas que mejor guardarlas en silencio y explicarlas en su momento oportuno. Al final de la velada y cuando con los pies cansados y cierta ebriedad los invitados se fueran despidiendo, ellos, los protagonistas definirían tal día como el más importante de su vida sin destacar por ello para nada en originalidad. Está muy visto, pero siempre queda bien.    

Saludos y gracias

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