¿Las cigüeñas no traían niños
al mundo? ¿Por qué ahora traen carne muerta? ¡Explícamelo! ¡Explícamelo!
Despertarse entre sudores
fríos la tos de la gripe de enero y alguien horrible tejiendo oscuridad en esa
extraña tela de araña que envuelve a los sueños en regalos que jamás serán
entregados.
Mares de plata y aluminio
celeste el brillo de unos ojos negros perdidos en la noche entre el humo de
cigarros que mata los ángulos muertos y él hablando (de viejas nostalgias que
desearía que nunca hubiesen encontrado un final) mientras llora y ríe al mismo tiempo de las
noches que ella se enfadaba y decidía dormir en el sofá o cuando él llegaba tan
solo con cinco minutos de retraso y ella dejando huellas en las calles llenas
de barro se marchaba y las gotas de la lluvia caían sobre su abrigo o esas
mañanas cuando él se despertaba y recibía un mensaje de ella pidiéndole
disculpas que ojalá no hubiese tenido ese comportamiento tan estúpido porque le
gustaría haberse levantado al lado de él. Brindando por un mañana mejor, me
dice entiendes ahora porque pienso que no habrá reyes magos.
En las afueras de mi propia
ciudad incandescente me llega una voz fantasma (tu voz como mi conciencia): No
me canso de la misma canción. Repítemelo, repíteme de nuevo que quiero oír cómo
me dices como quien pregunta sin esperar una respuesta lógica ¿No te cansas de
la misma canción?... Ahora, ahora, te reconozco que no quiero escuchar esa
posible maldita verdad de que no habrá reyes magos. ¿Dónde estás para
cambiarlo?
Saludos y gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario