NUNCA TE GUSTARON LOS FINALES



Nunca pensé que nuestro ritual encontraría un final, que te llevarías el libro de Borges que nunca acabaste porque no te gustaban los finales, y que llegaría el día que cogieras el Ferry y se terminarían las madrugadas que me quedaba dormido con mi cabeza apoyada sobre tus caderas y la suavidad de tu piel. Todo, absolutamente todo ahora mismo es un viaje improvisado al bostezo más oscuro de la confusión. La lectura apasionada de cada tramo de tu cuerpo ha encontrado un cruel final. Ahora nos veo reflejados como aquellos que una vez fueron algo más que amantes llenos de promesas y sueños de aviones, un tiempo después se volvieron a encontrar sin saber que decirse, y su vida no hizo más que seguir su curso cada uno por caminos diferentes.

Saludos y gracias

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