Bajemos del escenario,
pongamos los pies en la tierra, es absurdo, resulta absurdo, déjalo estar
porque eso no va conmigo. Hay un emparedado que podríamos tomar en la estación
de trenes, ahí donde empieza todo, donde las promesas que alguna vez creímos en
ellas se podrían volver a hacer realidad.
Mira al cielo, hazlo girar,
dale vuelta, y busca estrellas conmigo esta noche, hazme caso y no vayas al
cine con él como tenías previsto. Que no quiero volver a abrir la puerta y
notar todo lo que me falta, todo a oscuras como ese bosque negro que no tiene
fin y es tan fácil perderse en su interior.
Rompamos lo que no tuvimos
tendremos terminemos con eso mismo que ya hemos roto completemos el final de
una ruptura que ensayamos su inexistencia más allá de un futuro lleno de
borrones y blancos y negros difuminados perfeccionar esta exposición uniéndonos
como el pegamento y así evitar evitar para siempre la ruptura programada los
grises y cerrar el círculo.
Que el algoritmo aplicado al
satélite Kleper ha devuelto la esperanza a preguntas que parecía que la habían
perdido, ¿En qué estrella se encontrará el planeta al cual pertenecemos? ¿Nunca
has tenido la ansiedad terriblemente hermosa de querer mudarte de planeta? Si
finalmente no vas a ver la película y te subes a este espacio onírico conmigo,
tan solo prométeme que no volveremos a poner los pies en la tierra.
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