Te preguntas quien eres y a
dónde vas y la gramola distribuye jeroglíficos egipcios enigmas cubiertos por vestidos
que tan solo enseñan hasta las rodillas, como a ti te gustan... El silencio y
ecos de gritos que envuelven a la niebla y la aclaran, ahora el escenario solo
tiene tonos rojizos y las butacas están vacías, ese es tu mundo en el cual
nadie te observa bailar ser libre casi como un pájaro con alas dispuesto a
volar pero antes de irte buscarás una gran despedida, una forma de decir
adiós... Prender fuego cantando y matar a los fantasmas...
¿Si te busco por París no te
encontraré como tu soledad me buscaba? ¿ A dónde tengo que ir para cuando vaya
no quieras huir? Y me repites si realmente me quieres encontrar (que seamos
causalidad) sabes que las localizaciones geográficas y los planes anticipados
siempre fueron un error.
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