VEMOS DEMASIADA TELEVISIÓN



Nos han invitado a la fiesta de Halloween que se va a celebrar en aquel museo de arte vanguardista. Las calabazas cuelgan de la casas, y en las respuestas que ella me dio cuando le dije que si quería hacer una estupidez yo era el blanco perfecto. No creo en Viena, y se dio la vuelta y se marchó.

¿Sabes? Hubo, existió un día que lo cogí, fui capaz de cogerlo, apreciar su tacto en mis manos desnudas de verano y en mis manos enguantadas de invierno, que todo lo que escribía era porque ella existía.

Iremos disfrazados como Álex y sus amigos los drugos. La fiesta comienza a las ocho. Hoy haremos lo que nos han enseñado en televisión. Ese ecosistema que si se llena de veneno y se pudre puede generar estímulos condicionados o incondicionados que nos laven el cerebro. No temas que te impongan la técnica de Ludovico que hoy el mundo es nuestro no de ellos.

¿Sabes? Hubo, existieron unos días en los que su cuerpo se alargaba a través de mis manos y los dos sabíamos que si alguna vez se extinguía yo desaparecería con él.

Degrada la adoración con la cual visten a la violencia gratuita, mientras satanizan al sexo y le ponen bozal encerrándolo dentro de una jaula llena de prejuicios. De eso iba el cuadro que nos quedamos observando. A la vez que uno disfrazado de Nike, el otro de Adidas y un tercero como el payaso de McDonald’s buscan la crítica de estas marcas por su explotación infantil.

¿Sabes? Hubo, existieron unos días que igual que los milagros cinematográficos éramos una canción de amor un baile sin final una orilla ese mismo mar que luego se convierte en océano una eternidad de luces blancas porque nuestros cuerpos se necesitaban.

Han puesto una pista de baile con focos de colores en la sala más grande del museo. El DJ pincha música que no entiendo. No me importaría que el mundo se acabase hoy, que extraño y peligroso pensamiento. Será tal vez producto de que hoy tengo la jodida y aterradora sensación de que no tengo nada ni a nadie que perder. Os pregunto si a vosotros también os están entrando ganas de crear caos destrucción, romper cosas, ¿Tal vez sea que nos han sugestionado estos disfraces que llevamos puestos? ¿Cómo suturar esta locura que comienza en alguna parte de mi cabeza? Alguien me habla de una pastilla, que pastilla, que pastilla...

¿Sabes? Antes de perder mi conciencia hubo existió un día que fuimos un paisaje lleno de amapolas.  

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Saludos y gracias

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