Somos seres solitarios, somos
silencio, venimos, estamos, y ahí está nuestra distancia, la lejanía infinita
que no alcanzan dos manos, los aviones que no nos llevan a ninguna parte, los
aeropuertos que nos vuelven invisibles, nuestras maletas, y aterrizar a tierra
entre frío y lluvia, abrir con llave la puerta, encontrar un espacio vacío,
abrir la nevera y descubrir que no hay nada porque nadie nos espera, y saber
que ese es nuestro lugar, al menos por el momento, añorarlo como se añoran las
cosas extrañas, las que no se entienden porque nadie ni nada sabe cómo
entendernos.
Sé dónde está mi cuerpo, pero
desde hace semanas no sé dónde está mi mente, ¿Habrá encontrado la libertad que
mi cuerpo no alcanza por culpa de la ley de la gravedad?
Saludos y gracias
Hermano!! ahora solo te queda descubrir como romper con la ley de gravedad ;-)
ResponderEliminarUna abrazo fuerte!!