Las clases sociales no se dan
tan solo en las sociedades, esa estructura piramidal que se regenera a base de
odio egoísmo miedo hambre y guerras, sino que también se instala dentro de los
senos de las familias.
Se descubre en las cenas o
comidas familiares, en las conversaciones que diferencian dos mundos totalmente
opuestos, antagónicos, en los cachivaches y otras muestras materiales, en las
contradicciones y falta de interés por ese otro mundo, como si verlo o aceptarlo
dañase los ojos, algo así como aquí huele demasiado mal, demasiada miseria
cochero sáqueme rápido de aquí que me va a sentar mal, y mientras un toro y una
vaca se enamoran en la misma frecuencia que la de la luna, te agarraría de la
mano y te diría vámonos que me siento un extraterrestre.
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