Entras dentro de mí en el
momento en el que todo estalla las pupilas expresan un espacio colosal casi
infinito un lugar que sea siempre así un salto sideral al punto álgido del
orgasmo expresado con una energía que vuelve un instante infinitesimal más para
luego perderse descendiendo así poco a poco la intensidad mientras tus caderas continúan
encima mío moviéndose hacia arriba y hacia abajo agarras mi mano que la pones
sobre tus pechos las gotas de sudor van remitiendo los gemidos descienden
exponencialmente y las pulsaciones se relajan poco a poco giramos nuestros
cuerpos siendo ahora el mío el que entra dentro del tuyo con una cierta
brusquedad que parece que vaya a explotar creando así una grieta en el espacio
continuo que nos une con el universo pero poco a poco remite tus pupilas
cerradas nuestras manos agarradas y piano piano la cadencia de nuestras caderas
se vuelven lentas suaves seductoras juguetonas cuando te suelto las manos nos
besamos abrazados y mi lengua poco a poco va descendiendo por tus pechos por tu
ombligo hasta encontrar un lugar seguro entre tus piernas con una de tus manos acariciándome
el pelo plegando tiempo después tus hermosas piernas cogiendo tus bragas que te
voy poniendo para luego entrar en una fase de ansiedad y precipitación mientras
nos vestimos que finaliza cuando le das unos breves sorbos a la taza que tiene
el rostro de un perro en color sepia saliendo de la habitación para recorrer el
pasillo que lo une con la cocina donde allí te sirvo agua caliente del hervidor
que al rato avisa que está listo y comienza el agua a descender en su
ebullición mientras nosotros nos perdemos en palabras y frases que caminan al revés
acompañándote a la puerta donde te pones tus zapatos coges tu abrigo sales por
ella y nada más cerrar se oye el sonido del timbre que tanto tiempo llevo
esperando.
Saludos y gracias
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