No se esperaba ver ahí a Eva,
que hace aquí, se ha vuelto loca, no tiene mucho sentido pararse a pensar en
ello, al fin y al cabo él es consciente que tiene parte de culpa de todo ello,
no se puede pasar tanto tiempo creando un vacio, pero no sabía que contestarle,
que decirle… Espera a que se saluden ella y su padre, la única chica que le ha
conocido, de pura casualidad, más o menos parecido a lo que ha sucedido hoy, solo
que esa vez quien se presentó de improviso fue su padre, el cual se ha
despedido de los dos yendo hacía el cuarto piso donde vive Javier, dejándolos
solos.
Javier coge a Eva de la mano,
se sientan en la acera enfrente del portal, no saben que decirse, él sabe que
empezar con un qué haces aquí, y regañarla por ello no tiene sentido, sería
entrar de lleno en una pelea que no le apetece para nada, cree saber porque lo
ha hecho, se habrá cansado de esperar, de esperar, y habrá decidido coger el
toro por los cuernos, así es ella, entonces le oye decir, lo siento no sabía
que tu padre estaría por aquí, y él hace un gesto con la cabeza como si no
pasará nada, entonces se para a pensar y que hubiera ocurrido si en vez de
aparecer con su padre hubiera aparecido de la mano con otra chica, y le agota
tanto esa idea que la rechaza rápidamente, la expulsa fuera del estadio con una
fuerte patada.
Eva tampoco sabe que más
decir, se siente ahora ridícula, y la verdad que no sabría cómo explicarle el
motivo real de porque está ahí, un poco de esto, un poco de aquello, esta
circunstancia, esta otra, y lo que sería la verdad, sonaría como una excusa, perdería
toda su credibilidad, así que cree que es mejor no decir nada, sabe que si él
todavía sigue en silencio es que le ocurre lo mismo, pero tiene que reconocer
que le gusta estar ahí, cogida de su mano, que una parte de ella no quiere que
la suelte, y siente que a él le está ocurriendo lo mismo.
De repente Eva le dice a
Javier sabes que la tomatera ya está dando sus primeros frutos, ya ha tenido su
primer tomatito, y ambos sonríen, y entonces ella apoya su cabeza sobre su
hombro, un acto reflejo, instintivo, y a Javier no le molesta, la abraza y le
dice, quieres subir a casa, y ella le responde pero está tu padre, no te
preocupes por él, no va a decir nada, y ella con un gesto dice porque no, y esa
noche harán lo que mejor saben hacer, bajar el telón, y estar ahí tras las
bambalinas, es cuando mejor están, cuando saben que no hay espectadores juzgándolos,
cuando hasta ellos mismos dejan de ser sus propios espectadores , ese es su
lugar.
Continuará…
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