LA BRÚJULA


La brújula se ha quedado parada, en tierra de nadie, como si no supiera que dirección volver a tomar, estamos en medio de una tienda de carretera y me dices mientras afuera sigue cayendo el diluvio universal, que mire, que me acerque, y observe, ya está,  no se mueve, que vamos a hacer ahora, y alguien en la tienda pone la televisión quizás ahí esté el significado que estés buscando.

Ha sido un mal fin de semana, ya han hecho oficial la invasión, y todo el mundo anda más preocupado porque Italia nos ha marcado un gol, y me dices, que paguemos rápido, que prefieres no seguir mirando, que todo eso es horrible, parásitos en el palco y parece ser que todavía a nadie se le ha ocurrido que sería una buena idea mandarlos al país de los Dinosaurios.

Afuera nos empapamos por culpa del chaparrón, y te pones a llorar, porque te da impotencia, todo, todo lo que está pasando, y encima la maldita brújula no quiere decirnos hacia donde debemos dirigirnos, maldita sea, maldita sea me dices, estamos perdidos, qué hacer, qué hacer ahora, y una furgoneta negra se para al lado de la gasolinera, y me dices con miedo en el rostro, no sé dónde ir pero si tengo claro que lejos, muy lejos de esa furgoneta.

Ahora recuerdo mientras hago cola en el supermercado, esperando mi turno, que te hubiera dado un toque interesante, si no te hubieran gustado nada las furgonetas negras, que desde hace un tiempo llevo una brújula de juguete en mi bolsillo del pantalón vaquero, y que es cierto, este fin de semana ha sido una mierda, me anunciaste que te ibas a trabajar a Méjico por un año y la brújula no me da ninguna pista de que hacer en estas malditas situaciones.

Saludos y gracias

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