No pude cerrar el año como me hubiera gustado, como he hecho en anteriores ocasiones.
Hasta hoy tampoco había encontrado el momento de abrirlo, de tomar la pista de aterrizaje y despegar.
El otro día me encontré con una conversación al principio curiosa, luego al cabo de unos instantes se transformo en absurda. Falta de posturas coherentes y de argumentos ingeniosos. Demasiados tópicos... El tema era ¿Cuáles años son mejores sí los años impares o los pares?.
Para abrir este año he decidido comenzar una nueva sección, pienso apostar por ella. “Cosas que hacen que la vida valga la pena”.
Así que hay van diez cosas estupendas que me han dejado estas navidades, que comenzaron para un servidor cuando me subí encima de un tren rumbo a Cracovia, y ayer por la noche las di por concluidas:
I
Poder contar que ya he pisado el Rynek de Cracovia, era noche cerrada, maletas arriba, abajo, pero aun así me pareció irresistible su personalidad. Inolvidable también la cerveza en un pub cualquiera de la ciudad y en grata compañía. Indispensable para poder sacar sabor a la malta.
II
La comida de estos días en España, volver a recordar viejos olores, gustos, sensaciones, cosas que solo se encuentran allí, que jamás encontrare aquí. Ya se empieza a echar de menos... menos mal que pude traerme algo conmigo.
III
La partida de cartas del día de Navidad en plan familiar, como los viejos tiempos. Aquellos donde creías que el mundo era tan pequeño, porque no conocías más, que no existían los problemas, y que cualquier puerta secreta te llevaría al país de Nunca Jamás.
IV
Volver a estar delante de la playa, verla, olerla, después de tantos años... Esa sensación de amplitud, de libertad, de todo es posible porque existe el infinito.
V
Han sido pocos, breves, limitados por las circunstancias, pero de nuevo un placer haberos visto, aunque me deje a amigos muy importantes por ver. Hasta la próxima.
VI
Volver a perderme por las calles de Valencia, recorrerlas a pie, recordar que es cierto lo que ya sabía, reconocer cambios, transfiguraciones, sentirte como en casa. Aunque todavía no es el momento, si existe una vuelta queda aplazada.
VII
Hacer el balance del año y sacar conclusiones positivas, a pesar de sus momentos de crisis. En definitiva un gran año, que me ha dejado cosas muy importantes, y sentir que al final encontré lo que buscaba, o eso me dice cada vez que vuelvo a ver tu sonrisa. Quizás el 2010 fue mejor de lo que todavía soy consciente.
VIII
El 31 por la mañana, el reencuentro con ella, y saber que todo lo que siento es cierto, y que no existe otra forma de sentirme mejor que no sea a su lado.
IX
Empezar el año con ella, bajo fuegos artificiales, y sobre el espeso manto de la nieve, y creer, creer que ese momento se repetirá otra vez, otro año.
X
El 2011 en general, lo que está por venir, y empezarlo con esperanza. Creer que será mejor que el 2010, y seguro que si ella continua a mi lado todo será mucho más fácil. Believe, always believe.
¡FELIZ AÑO!
Saludos y gracias
Hasta hoy tampoco había encontrado el momento de abrirlo, de tomar la pista de aterrizaje y despegar.
El otro día me encontré con una conversación al principio curiosa, luego al cabo de unos instantes se transformo en absurda. Falta de posturas coherentes y de argumentos ingeniosos. Demasiados tópicos... El tema era ¿Cuáles años son mejores sí los años impares o los pares?.
Para abrir este año he decidido comenzar una nueva sección, pienso apostar por ella. “Cosas que hacen que la vida valga la pena”.
Así que hay van diez cosas estupendas que me han dejado estas navidades, que comenzaron para un servidor cuando me subí encima de un tren rumbo a Cracovia, y ayer por la noche las di por concluidas:
I
Poder contar que ya he pisado el Rynek de Cracovia, era noche cerrada, maletas arriba, abajo, pero aun así me pareció irresistible su personalidad. Inolvidable también la cerveza en un pub cualquiera de la ciudad y en grata compañía. Indispensable para poder sacar sabor a la malta.
II
La comida de estos días en España, volver a recordar viejos olores, gustos, sensaciones, cosas que solo se encuentran allí, que jamás encontrare aquí. Ya se empieza a echar de menos... menos mal que pude traerme algo conmigo.
III
La partida de cartas del día de Navidad en plan familiar, como los viejos tiempos. Aquellos donde creías que el mundo era tan pequeño, porque no conocías más, que no existían los problemas, y que cualquier puerta secreta te llevaría al país de Nunca Jamás.
IV
Volver a estar delante de la playa, verla, olerla, después de tantos años... Esa sensación de amplitud, de libertad, de todo es posible porque existe el infinito.
V
Han sido pocos, breves, limitados por las circunstancias, pero de nuevo un placer haberos visto, aunque me deje a amigos muy importantes por ver. Hasta la próxima.
VI
Volver a perderme por las calles de Valencia, recorrerlas a pie, recordar que es cierto lo que ya sabía, reconocer cambios, transfiguraciones, sentirte como en casa. Aunque todavía no es el momento, si existe una vuelta queda aplazada.
VII
Hacer el balance del año y sacar conclusiones positivas, a pesar de sus momentos de crisis. En definitiva un gran año, que me ha dejado cosas muy importantes, y sentir que al final encontré lo que buscaba, o eso me dice cada vez que vuelvo a ver tu sonrisa. Quizás el 2010 fue mejor de lo que todavía soy consciente.
VIII
El 31 por la mañana, el reencuentro con ella, y saber que todo lo que siento es cierto, y que no existe otra forma de sentirme mejor que no sea a su lado.
IX
Empezar el año con ella, bajo fuegos artificiales, y sobre el espeso manto de la nieve, y creer, creer que ese momento se repetirá otra vez, otro año.
X
El 2011 en general, lo que está por venir, y empezarlo con esperanza. Creer que será mejor que el 2010, y seguro que si ella continua a mi lado todo será mucho más fácil. Believe, always believe.
¡FELIZ AÑO!
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