ESE CONTRATO LABORAL

Sabes todos los días no te quiero lo mismo, no sé porque pero hay días que te quiero más que otros. Le dice él a ella.

Y desde cuando me quieres, nunca te había escuchado decírmelo.

Desde hace tiempo, ya no me acuerdo, pero jamás quise decírtelo para que no salieras corriendo.

Entonces ella le dice, vamos a la cama y ella le hace el amor, y él se deja hacer, le encanta cuando ella a veces toma el mando y lleva el control. Luego se quedan abrazados, muy fuertes y ninguno de los dos dice nada, se miran, con eso es suficiente, lo que no sabe ella es que a él le caen unas lagrimas. Lagrimas llenas de impotencia, de no poder trepar rascacielos que inundan y traviesan sus calles de asfalto, nublándoles la vista, en definitiva tapando el horizonte del futuro.

Sabes no te puedo ofrecer un plan perfecto, un mañana prometedor y eso me mata, saber o creer que nos pasaremos toda la vida luchando por llegar a fin de mes, y rezando de no caer enfermos para poder sobrevivir, porque si enfermamos no trabajamos, no ganamos dinero. Me duele tanto, ojalá pudiera regalarte un porvenir mejor del que te espera si continuas a mi lado. Así que si me abandonas lo entenderé, este contrato laboral me esta matando. Un beso, te quiero.

Así una mañana sin más, recibió esa nota de él, y tardaron más de una semana en volverse a ver, y el lugar fue el indicado, el mismo que la primera vez, en aquel banco de aquel parque, solo con la sutil diferencia que esta vez se encontraba cubierto de nieve, y allí afuera hacía mucho frío, pero parecía ser que para ellos no era problema

Primero se miraron, luego se sonrieron, y se vieron mutuamente el miedo que ofrecía sus miradas, hasta que él rompió el silencio.

Te he echado de menos, más de lo que pueda llegar a soportar.

Yo también. No han sido agradables estos días.

¿Qué has pensado?

Que tienes razón, que estos contratos laborales que tenemos son una mierda, son como cadenas que nos impiden avanzar hacía un futuro mejor, y que como tú, yo también tengo miedo de que nos acabe destruyendo este miedo paralizador, y este sobrevivir continuamente y siempre luchando porque falte lo menos posible. Pero prefiero llevar este infierno particular acompañada de ti, que sola. Y si nos quemamos, que nos quememos juntos.

Quizás llegue un día que nos atrevamos y crucemos alguna que otra frontera, dejando este maldito país con sus malditas oportunidades de mierda en busca de algo mejor, quizás si no dejamos que el miedo nos esclavice y mandamos a la mierda este contrato laboral, este no llegar a fin de mes, o llegar apurados, y quien sabe, quizás nuestro lugar, nuestro paraíso en el mundo todavía nos este esperando, y todavía no ha desaparecido.

Sabes, eso es lo que más echaba de menos de ti, y lo que más me gusta de ti, cuando hablas, hablas, lleno de imposibles quizás, pero lleno de esperanza, porque entonces es cuando vuelvo a creer en ti, en lo nuestro, en definitiva en nuestro futuro.

Te ofrezco un trato, aquí fue donde empezamos hace un tiempo, aquí hoy será cuando volvamos a empezar pero esta vez por prometernos y luchar por un futuro mejor que el que nos quieren dar.

Por un futuro mejor.

Y se besan, y sin palabras porque no hacen falta se dicen que se quieren, que lucharan juntos y a contracorriente por aquello que creen que se merecen y les pertenece, un contrato laboral digno y que les trate como lo que son, humanos.

Saludos y gracias

1 comentario:

  1. he llegado por casualidad a este lugar y me quedo un rato, disfrutando. lindo el relato. saludos.

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