ATERRIZANDO DESPEGANDO

Aún con la sensación en el cuerpo de haber aterrizado, sin acabar de asimilar conceptos, sensaciones, contrastes, contradicciones, aunques y ojalases, realidades frente a sueños e ilusiones, en dos días estoy de vuelta. Despegando. Algo así como pasar de –14º a 14º en menos de 24 horas.

Viaje excesivamente corto, intenso, interesante, aunque ojalá hubiera tenido más tiempo. Por medio las navidades, esta vez le ha tocado tener su Cara B. Normales, sin sobresaltos, en familia, tranquilas, y a la vez entrañables, recuperando sensaciones varias, emotivas, necesarias, porque sentir el amor de los demás siempre ayuda.

Descubrir que te has perdido dos años y medio de la vida de tus amigos, a veces, por momentos duele, igual que una espina clavada que no quiere salir. Caminos diferentes, rumbos distintos, lejanos, distancia, distancia, y estar de vuelta y no poder disfrutar de ellos lo que te gustaría por falta de tiempo, de espacio, de condiciones, de variables, no siempre todo es perfecto, quizás jamás existan los momentos perfectos. Se os echa de menos, es inevitable. Aunque quizás no sepa decíroslo.

Conclusiones positivas, resolver cuestiones pendientes, aclarar dudas, madurar posiciones, y aceptar donde está el presente de uno, e ir a por él, sin miedo, sin que las piernas tiemblen, agarrarlo con ganas, y enjoy, always enjoy.

Valencia sería un post aparte, difícil de escribir, no, ahora no hay palabras, fuerzas para ello, falta que se asiente lo que se tiene que asentar en las entrañas, echar la semilla, crecer, coger forma y luego saldrá. Al menos ayuda descubrir que está igual o mejor de lo que uno se imaginaba, que sigue igual que siempre, hermosa, bella, sabiendo que nunca me tendrá rencor porque me haya ido, y saber que me esperará lo que haga falta.

Luego está ella, las ganas de verla, porque aunque la tecnología haga que la distancia sea menos cruel, jamás podrá evitar que eches de menos su tacto, su cuerpo cerca del tuyo. Porque jamás será lo mismo hablar cara a cara con el idioma común de los gestos, las caricias, que una conversación a distancia, con la frialdad que proyecta un chat o una llamada.

Una vez más descubres lo que es cierto, que la vida es mucho más fácil si haces el camino acompañado, si sabes que no estás solo, si sabes o quizás mejor dicho si sientes que ya no hace falta buscar más. Porque prefiero creer que lo que tengo con ella es presente del subjuntivo que tan solo presente.

Saludos y gracias

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