Cada uno de nosotros tiene sus fantasmas particulares, sus demonios interiores, y sus propios muertos. La muerte, nunca la entenderé y quizás nunca llegue a entenderla por el miedo que me da cada vez que pienso en ella.
Hoy que quizás no ha sido uno de los mejores días que haya tenido, nada en particular, pero este día es difícil de olvidar, y la memoria vuelve como un aguijón a clavarse y duele, duele recordar que hace ya dos años que Hobbit dejo este mundo de una forma cruel, un sacrificio que jamás se tuvo que haber cometido y una culpabilidad de la cual nunca podré huir. La historia ya la conté en su momento hace dos años en un anterior post, y el año pasado lo volví a recordar. Y este año no quiero ser menos, y al menos honrare su memoria no dejándolo marchar al maldito olvido.
Ojalá tuviera un maldito nicho donde ir y poder dejarle flores frescas, nunca he entendido la necesidad de dejar flores a los muertos, pero hoy tan solo desearía que existiría ese nicho, y acercarme y decirle unas palabras.
Ya lo sé, tan solo es un perro, y quizás no tenga ningún sentido hablarle a un perro, pero para mi, en mi duelo particular tiene mucho sentido. Le contaría que todos los días le guardo un rinconcito a su memoria, y que siempre, siempre le recuerdo, y que me prometo a mi mismo que jamás lo olvidaré. Que lo echo tanto de menos que no se lo podría ni imaginar, que todo me va genial, a pesar que todavía me quedan muchos retos por superar y que todavía hay fantasmas que a veces me amargan la fiesta que es vivir y disfrutar de la vida todos los días. Que no estoy solo, que tengo conmigo a mi lado gente maravillosa, y que quizás en mi búsqueda de ella, en esa búsqueda particular por encontrar el equilibrio. Puede ser que esta vez si haya dado con ella, o al menos pienso descubrirlo. Y sobretodo para despedirlo le diría que me perdone, que espero que llegue el día en el cual me perdone por el motivo que provoco que lo tuviera que separar de mi lado. Quizás ese día yo también me perdonaré a mi mismo.
P.D: “Siempre te llevaré conmigo, amigo.”
Hoy que quizás no ha sido uno de los mejores días que haya tenido, nada en particular, pero este día es difícil de olvidar, y la memoria vuelve como un aguijón a clavarse y duele, duele recordar que hace ya dos años que Hobbit dejo este mundo de una forma cruel, un sacrificio que jamás se tuvo que haber cometido y una culpabilidad de la cual nunca podré huir. La historia ya la conté en su momento hace dos años en un anterior post, y el año pasado lo volví a recordar. Y este año no quiero ser menos, y al menos honrare su memoria no dejándolo marchar al maldito olvido.
Ojalá tuviera un maldito nicho donde ir y poder dejarle flores frescas, nunca he entendido la necesidad de dejar flores a los muertos, pero hoy tan solo desearía que existiría ese nicho, y acercarme y decirle unas palabras.
Ya lo sé, tan solo es un perro, y quizás no tenga ningún sentido hablarle a un perro, pero para mi, en mi duelo particular tiene mucho sentido. Le contaría que todos los días le guardo un rinconcito a su memoria, y que siempre, siempre le recuerdo, y que me prometo a mi mismo que jamás lo olvidaré. Que lo echo tanto de menos que no se lo podría ni imaginar, que todo me va genial, a pesar que todavía me quedan muchos retos por superar y que todavía hay fantasmas que a veces me amargan la fiesta que es vivir y disfrutar de la vida todos los días. Que no estoy solo, que tengo conmigo a mi lado gente maravillosa, y que quizás en mi búsqueda de ella, en esa búsqueda particular por encontrar el equilibrio. Puede ser que esta vez si haya dado con ella, o al menos pienso descubrirlo. Y sobretodo para despedirlo le diría que me perdone, que espero que llegue el día en el cual me perdone por el motivo que provoco que lo tuviera que separar de mi lado. Quizás ese día yo también me perdonaré a mi mismo.
P.D: “Siempre te llevaré conmigo, amigo.”
Saludos y gracias
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