TODO SE TRANSFORMA



Antes de encontrarnos yo fui un botón que pertenecía a una camisa a cuadros de un chico de doce años, que mientras una tarde gris de un verano cualquiera, mientras jugaba en un descampado al fútbol con sus amigos, y la pelota se quejaba de tantas patadas que había recibido a lo largo de su historia. Caíste como del cielo en forma de gota y fuiste a morir a mis brazos, es decir mojaste mi botón. Después con el paso de los años fuimos otras cosas, otros objetos, pero tardamos mucho en volvernos a cruzar. Hasta que una tarde de primavera mientras una chica joven le contaba a su amiga que era el día más feliz de su vida porque estaba enamorada. Yo que por aquel entonces era el café con leche que estaba en poder de aquella risueña muchacha, mira por donde tú fuiste el terrón de azúcar que echaron dentro de la taza. Así fue la primera vez que nos conocimos, yo en forma de café con leche y tú en forma de terrón. Pero claro como te vas acordar de eso si no te acuerdas de la última vez que nos volvimos a ver antes de esta cita. Fue una noche de invierno, afuera nevaba y yo era un jarrón de flores, vacío, solitario, y tristemente aburrido. Hacía muchos meses que su dueña se había olvidado de mí, de vez en cuando me limpiaba el polvo, cosa que era de agradecer pero poco más. Hasta que llego aquella noche, antes habían discutido, peleado, gritado, y ella había acabado llorando, y él con un tremendo portazo se había marchado de casa. Hasta que pasadas unas horas él volvió de nuevo, esta vez contigo entre sus brazos. Eras las rosas más hermosas que jamás haya visto en mi vida, y no porque fueras tú, aunque también es motivo más que suficiente. Si no porque de verdad nunca vi algo tan hermoso. Y lo mejor que me pudo pasar fue cuando te introdujeron dentro de mí. Fue un momento de éxtasis sentir tu olor junto a mí, y dejar de oler a vacío, a objeto olvidado, a trasto inservible, tú volviste a conseguir que me sintiera útil. Hasta el día de hoy que nos hemos vuelto a encontrar pero esta vez en carne y hueso. Esta es nuestra verdadera historia y la razón por la que tenemos que estar juntos.

Todo eso es lo que le dijo él a ella, no hubieron más palabras. Pero fueron suficientes para que acabaran unidos al menos esa noche, y al día siguiente, y a las semanas siguientes, al menos hasta donde yo recuerde y haya visto. Pero por lo que cuentan algunas voces que escuche la última vez que me deje caer por aquella zona de la ciudad, decían que todavía continúan como pareja, y que se han mudado a la otra punta del país o algo parecido, e incluso decían que ella va a tener un hijo y que son felices. Seguramente porque intuyen o al menos eso quieren creer y saben que aunque dejen de estar en esta vida juntos, tarde o temprano ya sea como seres vivos o seres inertes se volverán a encontrar y estará él con ella para siempre.




Muchos años más tarde, incluso se podría hablar de décadas. Alguien encontró en la profundidad de un bosque, un tronco donde había escrito “I love you” junto a un corazón. Se dice que el tronco era él, y las letras ella.

Saludos y gracias

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