El cigarro que crees que te va
ayudar a curar el insomnio, el que necesitas acompañar con el café que anuncia (mientras
el sol despierta) días rutinarios y monótonos, las caladas que te vuelven a
recordar lo que quieres olvidar, los pulmones que se quejan de la resaca de las
sobremesas y de las noches que se alargan, y que los años aunque no lo queramos
aceptar son un cuenta gotas. Cuando viste a los nervios porque vuelve a ser tu
primera cita (difícil que dejen de haber mariposas que tarde o temprano nos
retuerzan las entrañas una vez más) o dan por hecho que te juegas tu futuro en
una entrevista o en la decisión de una tercera persona. El último, a ese que quieres decirle adiós para siempre, algo
así como no te volveré a acercar a mis labios, el hijoputa, el que sabes que
cuando llegue ese día que puedas caminar por encima de los océanos, lo quieres
a tu lado para darte el gusto de celebrarlo.
Saludos y gracias
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