"Hoy no haremos el amor,
¿verdad?". En la taza donde recién despertada tomas el café. Las galletas
se rompen nada más cogerlas con las manos, una uña se te parte, y el sabor
dulce de tus pezones se vuelve agrio. Quieres lagrimas y lluvia entre tus
piernas. Solo eso, materializar el deseo, la constante que viaja por esas dos
líneas tan putas, la del tiempo y la del espacio, sin llegar a ponerse de
acuerdo para cruzarse, entablar un pacto, un tiempo de café y vistas al
infinito.
Te comerá el coño, y te descruza las piernas y se cuela por debajo del
material que está hecho tu camisón. La realidad es otra:
- ¿Sabes qué te quiero?
- Lo sé
- Pero no puedo abrazarte
Y se va, como el gato que solo
quiere de tus manos que le abras la ventana para salir.
Dirían si
murieses en ese instante que las últimas huellas que cubrirían cada átomo de tu
cuerpo eran tuyas.
Saludos y gracias
¡......!
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