DORMIR CON LA LUZ APAGADA



Como si estuviese paseando dentro de un coito le acercó la copa de vino, le miró el muslo que asomaba por la raja del vestido y le puso la mano encima esperando acción, reacción o nada, lo hizo como se hacen las cosas que uno quiere hacer pero se les tiene miedo (fue valiente, atrevido) no era el caso y sí que lo era...

- No quiero que me tengan lastima, quiero que me respeten como mínimo. Así puedo fumar tranquila sin tener que estar pendiente de sombras y puertas de armarios extrañas. El cariño y el amor ya vendrán... No hay que preocuparse, vendrán.

Como si nadase dentro de un coito buscó agua y oxigeno en sus labios, el sabor del vino mezclado con la piel de sus pechos, con la profundidad de su ombligo, con lo que había entre sus piernas. Y los granos de arroz se esparcieron por la mesa recordando que eso es lo que somos y dejamos de ser, de la misma manera que una parte de él murió sobre su piel.

- Ven, porque así podré finalmente dormir con la luz apagada. Y quédate, quédate...

Saludos y gracias

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