Un hombre con un abrigo color
beis puesto y el rostro desencajado sentado en un taburete con una carpeta (que
contiene un informe) dejada encima de la barra, al lado un botellín de cerveza
al cual le da tragos mientras hace tiempo, hasta que un hombre que entra por la
puerta con un traje azul marino a rallas se sienta a su lado esperando que le
cuente porque necesitaba verlo con tanta urgencia.
El hombre del abrigo abre la
carpeta y le enseña una serie de fotos.
- ¿Sabes ? Por lo visto ya le
había pegado en otra ocasión, no fue la primera vez, de vez en cuando al llegar
a casa sin buscar ningún motivo le golpeaba- Dice el hombre con el abrigo
- ¿Qué hacía ella? ¿Nunca lo
denunció?
- No, síndrome de Estocolmo, o
una mierda de esas...
- Menudo hijo de puta. Le
tendrían que cortar los huevos y que le colgasen de las orejas.
En un colegio a esa misma hora
en el recreo un niño y una niña en un rincón del patio se dan el primer beso.
- ¿Qué ha sido de ella? - El
hombre con el traje a rallas.
- Puedes leerlo tú mismo, en esas hojas está
todo, dice que se la encontraron hace dos días dentro de la lavadora, que el
cadáver estaba demasiado centrifugado. ¡Maldito cabronazo!...
- ¿La conocías?
- Sí, y era alguien especial...
Me tenía que haber dado cuenta por lo que estaba pasando. ¡Qué estúpido que
fui!... Nunca me olvidaré cuando me contó un secreto sobre la felicidad, que
cuando era niña en la hora de los recreos del colegio se quedaba esperando a
que algún chico le diera su primer beso, y que nunca jamás en toda su vida
volvió a ser tan feliz como en esos momentos de espera.
Saludos y gracias
Sublime. Con tu permiso enlazo tu blog.
ResponderEliminarUn saludo, José.
Por supuesto, sin problemas. Gracias por pasarte y comentar. Me alegro que te haya gustado.
EliminarUn saludo