Dame esa botella de vino.
Golpéame primero en el pecho con ella si quieres, pero dame esa puta botella de
vino. Dámela. Saca si quieres mi corazón con el sacacorchos y quémalo o
comételo, me da igual ¡ Libre albedrio ! Puto libre albedrio ese que como una
tela de araña se ha institucionalizado en la vida de la gente, engañándola,
manipulándola. Dame la puta botella de vino...
¿Aún das de comer a los peces
de la pecera esos trozos de confeti amañados ? Voy a jugar al azar amañándolo,
tal vez así ya no sea un capullo por aceptar la etiqueta de perdedor. Dame la
puta botella de vino... que si no va envejecer más de la cuenta, no ella si no
el tiempo, le saldrá canas, barba blanca y caminará como un enclenque, y dirá
estoy cansado de ver cómo se van sucediendo las cosas y realmente no pasa nada
nuevo que merezca la pena hacerle una foto y encorsetarlo en un marco...
Sinónimo terriblemente del derrotismo... No saber amarse a uno mismo...
Aunque hay pocas cosas más
hermosas que la radiografía de un buen polvo...
Los museos, las iglesias,
elegir condenados presidentes, los sombreros de verano, llevar zapatillas sin
calcetines, los cuerpos de gimnasio, la luz que entraba por tu tragaluz, está
demasiado sobrevalorado, por eso dame la puta botella de vino, porque la culpa
fue de Stravinsky pues cuando sonaba fue cuando averigüe tanto tiempo después
queriendo saber cómo te iban las cosas que estabas en los brazos de otro
disfrutando de unas vacaciones.
Dame la maldita botella de
vino que quiero alcanzar las coordenadas de memoria que tenían tus peces que
únicamente hacían que chocar una y otra vez contra el cristal de la pecera sin
sufrir dolor alguno.
Saludos y gracias
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