SEXO SIN OXIGENO (SIN SONIDO)



Que me huelan las manos a tabaco, andar por la calle sin la necesidad de estar huyendo de algo, buscar un lugar que tenga paraguas los días que hace calor y si miras hacia arriba el sol se muestra como lo que es, una estrella, recordar el exceso de importancia que nos damos a veces, como si siempre estuviésemos corriendo para que no nos atrape el monstruo y nos viésemos obligado a gritarlo por todas las grietas, esquinas, avenidas de la ciudad, transito en las vías principales, eso nunca falla, y las calles poco iluminadas un esbozo rápido de algunas bellas pequeñas historias o otras más oscuras y terroríficas. Que absurdo resulta querer tratar de justificar y encontrar respuestas en todos los nimios detalles. Controlar lo que hacen o dejan de hacer los demás... ¡ Qué se acabe la función o acabaremos inmersos en la enajenación !

- No, lo siento, no trates de regalarme un cactus porque me recuerdan que hay desiertos.

- ¿Qué llevas en los bolsillos?

- Tabaco para liar, un mechero, papel, algunas monedas, boquillas y miles de ofertas, planes, promesas...

- ¿Dónde está ?

- ¿Por qué siempre se piensa que hay alguien o hubo alguien ?

- Porque normalmente en los naufragios se ha perdido a alguien o algo...

- Se fue muy lejos y para demasiado tiempo... ¿Y tú ?

- Yo soy una isla desierta

Que me huela las manos a tabaco me ponga el mejor vestido planchado de verano, salir a la calle bailando como si estuviese bajo una lluvia fina, aspirar la autenticidad de ser una misma, sin buscar recambios, ni grandes tipos con cuerpos de guardias de seguridad, hasta que la oportuna explicación del porqué rechazan el cactus como animal de compañía (¿Deja vu?) te abra la puerta intensa del deseo y sentir sus manos recorriendo tus pechos mis pechos tus caderas mis caderas sus labios su piel contra lo que es mío tuyo recorriéndome a paso de tortuga volviendo a respirar como hacía tiempo que no lo hacía toda la grandeza que abarca el océano que es el sexo, esta vez  sin gravedad como si estuviésemos en el espacio sin oxigeno, sin sonido...

Dos astronautas que se tuvieron que perder primero para poder encontrarse... Lo que no se sabe es si se conocían y tenían la urgencia de hallarse de nuevo y llegaron o no llegaron a reconocerse o si simplemente era la primera vez que caían bajo las leyes de las canicas y chocaban uno contra el otro sin repelerse.

Saludos y gracias

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