- ¿Duele mucho?
- ¿El qué?
- La vida
Hoy me siento en el borde de
un acantilado esperando una estrella. Una estrella que no sea fugaz que sea
para siempre. Hasta el día que estalle y salgan de allí fuegos artificiales. El
mundo se envuelva en colores y caigan del cielo colas de unicornios.
Hoy me recuerdo que me pediste
que dejase de preocuparme por ti. Como si cosieras un hilo a la distancia y lo
estirases, lo estirases tanto que cruzase ciudades, montañas, continentes,
mares, planetas.
Hoy me miro por dentro y trato
de digerir mis errores, mis equivocaciones apoyadas en malas estrategias, mis
necesidades y mis deseos, mas todo ello sería lindo si estuvieses aquí a mi
lado para escucharlo con tu estomago, con tu corazón, junto al borde del
acantilado, soltando de tus manos el hilo que cosiste, sin el misterio de dar o
recibir nada a cambio, porque llanamente estando es más que suficiente.
- ¿Es hermoso su cuerpo como
si fuese permanentemente joven y de recién nacida cuando lo rozas y sientes que
es tanto tuyo cómo suyo?
- ¿El de quién?
- El de la vida
Saludos y gracias
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