OBSERVANDO MUNDOS PARALELOS QUE ME HACEN FELIZ



Observo mundos paralelos que me hacen feliz. El ocaso allí no entristece ni enmudece y ni dispara la lágrima del dolor por sentirme tan pequeño y no saber qué hacer en un país de dinosaurios y gigantes. Los ruidos de los automóviles apretando el acelerador siempre me resultarán insoportables. Esperar sentado en los escalones a mitad del trayecto. Mientras la gente pasa unos suben y otros bajan. Descubrir con pena que los peones nunca podrán llegar a hacer jaque mate como mucho alcanzar unas tristes, sucias y mal repartidas tablas. Por eso tal vez deseche la capa y el antifaz. Aunque no te lo creas no es cuestión de sentirse un perdedor. No, no se trata de eso...

Tal vez debería levantarme, va siendo hora de eso, de nuevo, una vez más, al fin y al cabo no es esa la tangente de esta aventura de la que somos peces en un inmenso (infinito a través de algunas miradas hermosas) océano sobre el cual cada vez van tirando más cantidad de alquitrán y sucio petróleo manchándose sus manos de sangre con todo ello. Pero antes de todo eso, dejarme un tiempo más sentado aquí en estos escalones tratando de no tener rencor o al menos intentarlo de los silencios que duelen, aunque desorientado, fumando los recuerdos, errores y pensamientos que todavía no pude soltar de mis manos, al menos de momento quiero quedarme observando un rato más mundos paralelos que me hacen feliz.

Saludos y gracias

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