EL FOTOGRAFO



No se le ocurría mayor belleza que la de una mujer llevando puesto un vestido o una falda corta, sentada en una silla sosteniendo una taza de café y con las piernas cruzadas. Por eso fracaso en todos sus intentos de copiarla, imitarla, encontrarla en las imágenes que deja las notas de una partitura, en los rostros, caras dulces y agrias que muestran los diferentes bocados de la realidad, en las sombras desnudas ocultas entre los sauces llorones, en los bailarines color sepia que detectaba detrás de las cortinas que producían las gotas de lluvia.

Porque lo cierto resultó demasiado cruel cuando descubrió que la belleza que buscaba inmortalizar en un fotograma había desaparecido para siempre de su mundo, de su tiempo, por eso falleció de lo mismo que mueren los perros que son abandonados y se sienten perdidos, murió de pura tristeza.

Saludos y gracias

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