Tenemos que aprender a amarnos.
Como dos cafés extranjeros. Dejas los libros abiertos como pájaros. Estás
agotada y necesitas una ducha. El examen. La vida siempre nos pone un examen y
cansa tener que sentirnos obligados a sacar una buena nota. Quiero pensar que
mientras el agua corre por tu cuerpo igual que ya lo han hecho algunas veces
mis manos y extrañas en sueños húmedos te imaginas esa botella de vino, esas
dos copas, esa película que inventamos en el sofá y luego trasladamos a la cama
y el sexo es la variable indispensable para parar el tiempo.
Que no sé si sabes cuándo te
levantas o te acuestas en ese tu continente esté o no esté dormido ya somos dos
cafés extranjeros que tan solo necesitan aprender a amarse como ya lo hicieron
o lo harán porque para que no haya distancia es tan sencillo como alargar
suficientemente la mano y el brazo.
P.D: Para amarse es de
imprescindible ayuda que no haya distancia.
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