¿Escuchabas como caían los
granizos del desamparo? ¿La necesidad de que regresases y recordases donde
habito?
La jaula incomoda del
silencio...
Sigue siendo triste pensar que
si vinieses a cualquier hora del día seríamos felices y tú lo sabes y no haces
por llamar al timbre y que desaparezca la terrible historia de terror que se
cuela entre las sabanas y la convierte en una costumbre.
Saludos y gracias
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