LAS BOTAS ROJAS ESPAÑOLAS



“Sólo una cosa. Date la vuelta, que me gustaría dibujar sobre tu espalda desnuda mi visión del bien.”

Sabes que las amapolas que luego buscan mariposas salen de dentro de cafés con leche. ¿O eran mariposas las que buscaban a las amapolas?. ¿Seguiste el rastro que dejan los caracoles que recorren las hojas abiertas de los libros? ¿Llevan a alguna parte? El traqueteo del tren no incomoda, el paisaje a veces son ruinas de lo artificial otras veces belleza exprimida en un horizonte muy lejano. Alguien contando dinero como si hubiese dado con la gallina de huevos de oro. Los poros de tu piel me resultan familiares. Se tratará de antiguos vicios perdidos por alguna calle sin reverso. Extrañamente me siento bien así. Sin tener nada. Hay una parada larga. Bajemos a fumar un cigarrillo. ¿Sabes que él te dijo que si alguna vez decidías volver te trajeses unas botas rojas españolas? Que si no, no merecía la pena que hicieses el camino de vuelta. Y tú me respondes: ¿ Y tú qué esperas? Tan solo contesto tratando inútilmente de hacer dragones y unicornios de humo entre calada y calada. Algún día lo conseguiré.

Saludos y gracias

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