Hubo tres finales y no nos
gustó ninguno de los tres. En cada uno de ellos se hundía el barco. Como acabar
con el sentimiento, eso lo hace la distancia de tu silencio y la lluvia me
recuerda lo poco que me gustan los paraguas y lo que me encantan las palabras
que tienen dos puntitos sobre la u, la llamada diéresis, resulta tan entrañable
que se transforma en tu abrazo o lo que es lo mismo la falta de él.
Mojarse debajo de la lluvia es
un lugar común, igual que una vez lo fueron nuestros encuentros y los mismos
sitios que no nos cansábamos de repetir. Tal vez actualmente sea otro el que
descubra tu cabello empapado y tu mirada de llévame a un sitio a cubierto donde
podamos refugiarnos y ser felices por un rato. Porque si algo sí que será siempre
igual es la lluvia sin importar dónde estemos. Ya ves, últimamente cuando me
encuentro cansado o te echo de menos que en este caso es lo mismo, me pongo
algo melancólico y me entran ganas de decirte: Que ahora que sé que no te
necesito es cuando más quiero estar contigo.
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