Déjame sentir el deseo y el
pensamiento de que vendrás, que vuelves y me sorprenderás con un mensaje o una
llamada diciéndome que estás aquí de nuevo, que ya no volverán a ver más
océanos de por medio, y que sería todo un detalle que fuera a buscarte. Déjame
cerrar los ojos e imaginármelo el tiempo suficiente antes de que me haga daño,
porque lo sé, lo sé, si lo tengo demasiado dentro de mi cabeza me acabará
perjudicando, pero antes, antes de soltarlo, déjame que pueda llegar a creer que
lo rozo con las puntas de mis dedos como si se tratase de algo real.
Saludos y gracias
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