Se abren las puertas del hogar
cuando descubro que vuelves a tener tiempo para que te escuche, oírte hablar
sobre tus temores, esos duendecillos verdes que te producen insomnio y vierten
de dudas las flores que te quedan por deshojar, tus incertidumbres, los sueños
que tenías encerrados en botellas de cristal que tirabas al fondo del océano,
las inquietudes que quieres que un día lo más pronto posible vuelen sobre la
ciudad y saquen lo mejor de ti, liberarte del cansancio, y cuando me pides que
te abrace me dices que quieres prometerme que a partir de ahora tendrás más
tiempo para mí, para que te escuche, no volverás a desaparecer y acabaremos
descubriendo juntos como reírnos del mundo. Ves no estaba tan lejos volver a
sentirse como en casa.
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