NOTAS APARTES SOBRE MI INSTINTO



No lo entiendo, sabe usted, estoy aquí sentando preguntándome porque mi instinto me juega estas pasadas, tenía que ir a un sitio, a un lugar importante o eso ponía en el cartel y en la tarjeta de visita y en el formulario que tuve que rellenar, y mi instinto que insistía de una u otra forma que no fuera, y yo le preguntaba dame una prueba de ello, no sé que caigan sapos del cielo, que abra la puerta de la calle y me encuentre una mofeta, que cuando salte por la ventana no caiga al suelo y comience a levitar, que durante veinticuatro horas cuando abra la boca hable un idioma de otro planeta y no me entienda ni el del manicomio que decía tener como visitantes los domingos antes de ir a misa dos hombrecillos verdes disfrazados de guisantes.

Sabe usted, se supone que el instinto quiere lo mejor para uno, pero yo a veces no lo entiendo y delante del espejo del cuarto de baño me estiro los pelos, pongo caras raras, me metamorfoseo, me fumo el orégano y las hierbas provenzales, y si hubiera una parada para subirse a un platillo volante ahí estaría haciendo tiempo para subirme en él y no volver en mucho tiempo, porque quiero absorber sus sueños hacerlos míos (y esta vez no se trata del instinto) y a la vez es una pasión continua del instinto, como verla todo el tiempo pero sin verla y anhelando verla todo el tiempo.

Sabe usted, ¿Qué me quiere decir el instinto? ¿Qué tan solo somos un punto negro en una mesa blanca enorme la cual es el universo? ¿Y escuchando a mi instinto así me convertiré en el cuadrante que salga de ese punto negro y sobrevuele toda la mesa blanca? ¿Consiga así finalmente flotar estando despierto?

Sabe usted, el instinto en código morse me habla de la espera, tener paciencia, no buscar el cómo será de lo que deseo, sino tener claro lo que quiero y el cómo vendrá siguiendo la ciencia del destino interior que llevamos cada uno con nosotros mismos, ¿Sabe usted? En cuanto tenga mi elefante con alas, le pondré de nombre “Bambi Ramone” porque se me ha quedado pegado el estribillo al paladar y a esta mente tan singular.

Saludos y gracias 

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