No te acerques demasiado que
duele, me dices. Pero tampoco te vayas muy lejos. Ahí está bien. Y callas.
Relativizando el espacio, viajando a través de él (el de las estrellas y el
cosmos) mientras me retienes en ese punto dentro del plano que has creado,
descubro otras civilizaciones y mundos mejores donde nadie ha inventado la
guerra, parece ser que fuimos la única especie que cometió esa estupidez y
otras tantas que fotografié desde la estratosfera pero que si quieres llevo el
carrete a revelar como en los viejos tiempos, y veras con claridad lo que te
quiero mostrar, seguramente no te sorprenderá, de hecho eso no es lo que busco,
sino tan solo una excusa para acercarme y tal vez tal vez el viaje me sentó
demasiadamente bien y por eso ya no te duele que esté tan cerca de ti para
susurrarte al oído: ¿y por qué no atracamos un banco?
Saludos y gracias
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