Espero al mundo y sus labios
mojados contra los míos, el camino de vuelta, volver a dibujar el futuro rodeándolo
con su nombre, y muchas más cosas que no es que se las prometiera a ella sino
que lo hice conmigo mismo, como un trozo de Cuba detrás de un mojito, ¿Y por
qué Cuba me preguntaba ella? Pero mi respuesta estaba y sigue estando en el
silencio de las ciudades cuando les llega la espesura de la noche, mirar al
frente y aunque tal vez ahora ella ( y yo) sepa que tengo miedo porque las
páginas de los libros se quedan pegadas, no debe de ser todo como lo los
últimos días, así no, así no, habrá que romper los espejos para que deje de
asomar esta soledad e incertidumbre y el mundo debe de estar viniendo de nuevo
no como un epílogo sino como un prologo de un deseo que se fija como el
infinito y sus labios mojados ayudan a eso y mucho más.
Habra que esperar el futuro de labios mojados
ResponderEliminarAbrazo