El otro día escuché una
canción y quise aprender a hacer incendios de nieve, todavía no sé lo que es,
creo entenderlo, ¿Tú sabes de qué se trata?, ven aquí y explícamelo, cervecita,
amapolas, barcos de papel y Venus como siempre una vez más esperando que le
entendamos.
No es suficiente, sabes, no es
suficiente, me falta algo más, se me ocurre por ejemplo dejar de aplazar los
sueños para el futuro, porque sino nunca se cumplirán en el presente, más
ideas, más proyecciones mentales, más saltos de longitud y batir el guinness, aparecer
en un libro, una nota destacada, y en que nos quedamos, en datos, en números y
volvemos a repetir la misma historia no somos nada, y cuando tú me pidas calor,
¿Dónde estaré yo para abrazarte, para enseñarte que no sirve para nada tener
miedo? Escarcha, hielo en las calles, y el esperanto al final se quedo como
otra lengua muerta.
No te das cuenta, quiero salir
de aquí, un salto infinitesimal, hacer un maldito buen bateo y sacar la bola
del estadio, explosión y adiós a la negación, gritar Madagascar y expansión,
engañar a la contradicción, a la superstición y los agujeros que no se taparon del
armario y continúan enseñando la luz oscura, ¿Sabes de qué se trata mi locura,
la entiendes? No es que quiera escapar de aquí, no se trata de eso, no tendría
sentido dejar lo que sé que me hace sentir bien, se trata de volver a hacer fotografías
a lo que conozco, y una vez revelados los negativos todo sea diferente, mucho
mejor, tú con la camisa de los Knicks, y los nombres que encuentro
interminables contra el muro, es decir el tuyo y el mío, sean realidad, el acto
final e inmutable sin necesidad de bajar el telón, supongo que me hubiera
podido ahorrar todo esto, si tan solo se reduce a crear aleteos de incendios de
nieve y supernovas.
Saludos y gracias
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