Lo sé era tarde, las dos de la
madrugada y me colé por tu ventana, te quería atrapar dentro de mi locura
sideral, enseñarte que no era productivo seguir las instrucciones que nos
dictaban como robots desde el megáfono que escupía fuego allí en el edificio
negro y que tanto temíamos.
Lo sé era tarde, las tres de
la madrugada y salía de debajo de tu cama para rescatarte de la pesadilla que
te hacía sudar y temblar, deja que sople fuerte y mande a tu fantasma a otro
plano espectral, y ahora durmamos dentro el uno del otro, como en una capsula
que no pudiera ni derrumbar un estallido nuclear.
Lo sé era tarde, las cuatro de
la madrugada y entraba sin llave por la puerta de tu casa, entraba a caballo de
tiovivo en tu cuarto y te ofrecía a relativizar el tiempo, a crear nuestro
propio universo infinito, a decirte que si te subes aquí detrás conmigo, el
viaje no será perfecto pero será lo mejor que nos podrá pasar, era mi forma de
pedirte perdón y volver a empezar.
Saludos y gracias
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